"I went to the woods because I wished to live deliberately, to front only the essential facts of life, and see if I could not learn what it had to teach, and not, when I came to die, discover that I had not lived"

H.D.Thoreau

21 de diciembre de 2011

Payada a un Hombre Perdido



"Payada a un Hombre Perdido"



Te ofrezco este rosario hermano,
pues me a conmovido tu historia,
procura que en la memoria,
guardes bien de mis consejos,
que mas sabe este paisano,
por pecador que por viejo.

Es un traidor más que amigo,
quien te aconseja escapar,
te pido que antes de olvidar,
prestes un poco de atención,
y veas que en ese vino,
mas que amigo hay un polizón.

Te ruego que antes de chupar,
mires bien en tus interiores,
te aconsejo que los explores,
para ver que te anda penando,
pedile a Dios con sinceridad,
que allí te vaya alumbrando.

Aquel te va haciendo su esclavo,
te convierte en un mendigo,
luego te pone agresivo,
y un manotazo a la china,
rompe el alma en pedazos,
y quiebra tu amor a la vida.

Una lagrima se te escapa,
la impotencia que no afloja,
y una vergüenza te sonroja,
por verte echo un fracasado,
ya no queres volver a casa,
y te echas a morir tomado.

No caigas en una locura,
si te encuentras desesperado,
que Dios no te ha abandonado,
toma este rosario hermano,
y arroja al suelo la cicuta,
que vivir aun no es pecado.

Decis que lloras por tu mama,
que un borracho te la arrebató,
y a su vida se la arrancó,
sin pedir permiso ni perdón,
y al mismo destino te lanzas,
del alcohol, que a tu madre se llevó.

Si al cielo pudieras mirar,
sabrías que ella no se murió,
que allí descansa junto a Dios,
pero triste te ve sufrir,
vos tenes la oportunidad,
de un orgullo darle a sentir.

Tenes que volverte a levantar,
una vez mas salir del pozo,
se que es difícil y costoso,
pero la vida no es eterna,
la vejez se te empieza a marcar,
y la gran puerta se te cierra.

No es fracasado el que yerra,
de tropiezos se hace el camino,
y en la fuerza esta el desafío,
de levantarse del suelo,
mil veces cubierto de tierra,
por las laderas del esfuerzo.

Aun hay mucho que perder,
porque tenes mucho por ganar,
solo debes aprender a amar,
a vos, a Dios y a la vida,
teniendo algo porque agradecer,
dando la espalda a la bebida

Este es mi consejo hermano,
que me sale desde el corazón,
no se si tenga yo la razón,
pero si algo he aprendido,
es que la vida es un regalo,
y es también un compromiso.



F.V.




22 de noviembre de 2011

"No Soy"


NO SOY


NO SOY POETA, NO SOY CANTOR,
NO SOY UN LIBRO, NI SOY CANCIÓN,
NO SOY COMPOSITOR, NI TROVADOR,
NO SOY UNA NOTA, NI UNA ORACIÓN.

NO SOY EL ROCIO QUE MOJA TU ROSTRO,
NO SOY LA LLUVIA QUE ACOMPAÑA TU DOLOR,
NO SOY LA AGONIA DE UN CORAZÓN ROTO,
AL QUE SE LE HA DERRAMADO TODO SU CALOR.

NO SOY EL AROMA A CAMPO SILVESTRE,
NO SOY EL VIENTO QUE SE ROBA SU OLOR,
NO SOY UNA FLOR DE CARDO FLORECIENTE,
QUE DESPIERTA SALVAJE EN HUMILDE ESPLENDOR.

NO SOY EL ALBA, NI SOY SOL QUE AMANECE,
NO SOY EL CELESTE DEL CIELO SERENO,
NO SOY LA MELANCOLIA QUE ATARDECE,
ANARANJADO EN SU HORIZONTE DUEÑO.

NO SOY LA CORRIENTE DEL RIO QUE ESCAPA,
NO SOY SUS MURMUROS QUE GUARDAN SECRETOS,
NO SOY EL REMANZO DE ENSUEÑOS QUE DANZA,
BAJO UN SAUCE QUE LO ABRAZA EN CONSUELO.

NO SOY POETA, NO SOY CANTOR,
NO SOY UN LIBRO, NI SOY CANCIÓN,
SOY EL SENTIMIENTO QUE HAS IGNORADO,
QUE VAGA ERRANTE EN BUSCA DE ATENCIÓN.


F.V.






19 de noviembre de 2011

Zambita de un recuerdo



Zambita de un recuerdo


Altaneras danzan las llamas de fuego,
Se vuelve cálido el aire en la canción,
Las cenizas vuelan en una zamba,
Hay una guitarra que endulza el potrero,
Donde acude el campo en busca de calma,
Donde encuentra la luna una emoción.

Se hace música la voz de los paisanos,
se hace rito aquel remanso en la noche,
Se hacen en sus notas todos hermanos,
Penetra en lo hondo del monte su canto,
Y un eco sereno, galopante noble,
relincho perdido de un potro cimarrón.

Levanta el polvo apagado recuerdo,
El viejo fogón que brilló en los ojos,
De un inocente ternero hijo ´e toro,
De un pichón del cielo que aprendió a volar,
Que heredó las plumas de un Cóndor de Fierro,
De un dotor de campo, de amor y de verdad.

Lo mece al niño las coplas del norteño,
El suave palpitar, embrujo de bombo,
Toca las puertas a un mundo de ensueños,
Cautiva el hechizo a la criatura,
Lo abriga el padre en abrazo hondo,
Duerme el pequeño en zamba de ternura.

Se alimenta el fuego en el son del trovador,
Se alimentan las almas con la oración,
Nacida en guitarreada al pie del alba,
La gente se retira y muere el fogón
Pero quedan aún encendidas las brazas, 
Y permanece en el corazón su ardor.



F.V.



15 de octubre de 2011

"En compañia de la Soledad"







            Caminando entre multitudes de personas, me di cuenta que estaba solo. Y no era el único, divisé las miradas fantasmales que cargaban suplicantes el peso de su encierro, y los gritos de agonía de moribundas voces que rogaban  refugio en algún oído, escuché el repiqueteo de miles de pasos que pasaban a mi alrededor, sin estar allí, y la constante búsqueda de esquizofrénicas soluciones para una enfermedad que se escabullía entre los tumultos.

            Entonces me asusté y corrí a buscar compañía, observé  ojos que miraban y oídos que escuchaban, que las risas eran gratis  y se daban en abundancia,  supe que allí reinaban las palabras,  pero presté mas atención, entonces vi que emergían de un cuerpo paralítico, escuché un eco resonar,  eran mis palabras pródigas volviendo a mi encuentro por no haber encontrado asilo en un interior frío y hueco. Y me sentí solo otra vez.

            Traté de cautivar, de meterme dentro de aquellos recipientes oscuros y de un gélido vacío tratando de  hacer prender mis palabras,  y lo logré, me pareció haber escapado de la soledad. Por un tiempo viví así y creí que había rellenado la pequeña grieta que había hallado dentro de mi, pero al mirar nuevamente allí no encontré solo una pequeña rasgadura, sino sentí que había sido robado, y observé la aridez hueca de un interior frío que había visto en otros lugares, nada mío quedaba,  pronto sentí que mis palabras ya no eran mías y en aquellos ojos ajenos no se reflejaba mi figura, y entendí que yo ya no era yo, pues había logrado huir de mi, mi cuerpo se convulsionó y un grito moribundo de agonía salió en busca de refugio en un oído que no encontró.

            Triste y deprimido me aleje a la soledad, el silencio me empezó a aturdir, no paso mucho tiempo cuando, estrepitosamente, miles de pensamientos surcaron mi mente haciéndome entrar en estado de pánico: cruentamente se me mostraba una realidad mas real de la que alguna vez había visto, y de la que no podía salir, quería gritar, correr, llorar, durante mucho tiempo me sentí ahogado en aquella región escondida a las miradas ajenas, cuyas praderas me miraban extrañamente, como un animal exótico, de otras regiones, y así me sentía, envuelto en mi autocompasión solo podía abrigarme en la compañía de los recuerdos y mantenerme ajeno a esas tierras. Caminaba por  la máxima expresión de la libertad, pero me sentía  encerrado, empezaba a asfixiarme, entonces entendí que tenia que salir, dirigirme hacia aquella claridad tenue que apenas podía vislumbrar. Como el niño recién nacido, que rompe en un llanto al llegar al mundo amedrentado por la incandescente realidad que lo rodea, habiendo roto sus ataduras, alejado de la tibia seguridad del vientre de su madre, no llora por dolor, llora por temor, a pesar de que ahora se encuentra en un mundo mas libre, no puede burlar la fatalidad del miedo que vigila su entrada, entonces me di cuenta que de la misma manera, caminaba asustado, cubierto de una armadura de miedo que me dificultaba avanzar y moverme rápidamente, hacia fuerza para quedarme dentro,  y entendí que debía dejarme nacer, de nuevo,  entonces me quite la pesada armazón y empecé a avanzar mas ágilmente, y mientras caminaba, alejado de toda compañía, me di cuenta que ya no estaba solo, de repente me volví a encontrar,  allí estaba, parado, esperando paciente a querer verme de nuevo, entonces recordé a ciertas personas  y escuche sus lejanos clamores que gritaban mi nombre , venían en mi búsqueda, y me encontré lleno de nuevo. 
Así comprendí que no es estando solo que se sufre la soledad ni es en las multitudes donde se encuentra compañía.



F.V.




11 de septiembre de 2011

"El Mendigo"


El Mendigo


Solo una moneda pido, si  es mucho reclamar una caricia. Solo busco un concilio con sus miradas, una tregua a la lucha por esquivar mi encuentro. Poder así romper el conjuro de los ojos de medusa, que me convierten en parte del paisaje, en una estatua sin nombre, con un corazón que no late.

Solo una moneda pido,  y poder seguir penando en la banquina  del camino de mi vida, mantener firme esta agonía errante, buscando consuelo a una Realidad que se ha vuelto maldita. Y llorar, derramando con cada gota, los sedimentos de una vieja fantasía que imaginaba un mundo mejor.

Solo una sonrisa pido, que me haga saber que sigo aquí, y no soy todavía un fantasma que ha perdido su presencia, saber que aun estoy,  para hacerlos testigos de una guerra que se ha llevado a cabo, yaciendo aquí tirado, una victima herida por las  modernas armas: Hoy son los números desangrando las almas de las personas.

Solo una sonrisa pido, que apacigüe mi dolor, y me deje dormir tranquilo una noche mas. Cuando ustedes se encierren en la libertad de sus cárceles amuralladas, y yo me resigne a la prisión de las calles libres, pero de otro dueño.


Solo un abrigo pido, como el abrazo desprendido de los misteriosos impulsos del amor o las cálidas palabras de una fugaz compañía, porque si son duros los días áridos de compasión, son mucho más crueles las noches abandonadas al frío de sus corazones demasiado ocupados, pero de si mismos.

Solo un abrigo pido, porque mi dios ha sido expulsado al ostracismo, llevándose su calidez consigo  y se sienta hoy en su trono un falso profeta de las tierras del invierno, tiñendo los dominios del reino de blanca y gélida indiferencia.

Solo tu atención pido, buscando que te prestes a escuchar las palabras de este testigo: No permitas que le pongan precio a tu alma, ni dejes que tu cabeza asesine a tu corazón, no dejes que te marquen el camino y evita caer en las trampas del engaño, cuando te digan este mundo es el mejor,  acuérdate de mi.


F.V.




9 de septiembre de 2011

"Volando"




"Volando"


Visité al cielo en su campiña celeste,
bordeando los paramos de las aspiraciones,
de soñadores que asesinaron sus sueños.
Trepando las cumbres de ideales sin dueños,
que danzan promulgando las fervientes oraciones,
de ser raptadas por un fugitivo ausente.


Entré a una morada sin puertas ni ventanas,
Una verde alfombra en el piso y el sol,
Resplandecen los altares de la contemplación,
Sobre esas alturas que fueron elevadas,
Para mostrarle incluso al hombre mas necio,
Que vasto imperio solo es digno de un Dios.


Me recibió en el regocijo del silencio,
Y Fuimos a conocer sus salvajes corceles,
Les pase la mano sobre sus crestas de viento,
Cabalgamos sobre las praderas invisibles,
Arriando las nubes montamos ambos jinetes,
Dirigiendo el rumbo de un ganado apacible.


Es ingenuo el hombre que cree que le faltan alas
Para llegar al cielo, y es también soberbio,
Quien como un ángel, cree tenerlas en su espalda,
Pero no es loco quien busca el reino celeste,
Arrojándose al vacío por  propia convicción,
Alumbrado por sus ideales persistentes.



F.V.




2 de agosto de 2011

"El Viejo Sabio"

“El viejo sabio”

Conocí una vez un viejo sabio, lo encontré un día mientras caminaba por el campo en busca de algo, recuerdo que mientras me abría paso, mis pensamientos caminaban conmigo centrados en esa búsqueda, cuando deje atrás un montecito que estaba atravesando y levante la cabeza, vi a lo lejos aquella pequeña colina que lindaba con el celeste medio desteñido de un melancólico atardecer, sobre el una figura me llamo la atención y le clamo a mi curiosidad que se acercase. Para llegar allí tuve que atravesar un extenso trigal, esos miles de plantines que rodeaban a aquel extraño viejo cumplían generosamente el papel de sus mas sinceros discípulos, danzando con sus cabellos dorados robados al sol, sobre las notas del viento.

Me acerque preguntándome que es lo que estaría haciendo el viejo en ese lugar, pero al acercarme, mi presencia no logro inmutarlo en lo mas mínimo, permaneció callado sin siquiera responder a mis preguntas, expectante, atento, observador, y yo, me sentía como un insecto sobrevolando a su alrededor sin ser percibido , permanecí allí un rato y luego partí de vuelta, bastante confundido con la peculiar situación.

Al día siguiente algo molestaba mis pensamientos, la incomprensión del echo no me dejaba en paz, por lo que tuve que volver al lugar, ¿Qué hacia ese viejo allí, solo? ¿Qué estaría buscando? Cuando llegue al lugar, el estaba en la misma posición que el día anterior, y nuevamente a mis preguntas solo les siguió el silbido del viento tardío que domesticaba las hierbas, continuaba siendo ignorado, por lo que me quede un largo rato esperando, hasta que la huida del sol me mando de un disparo de vuelta a la casa.

No iba a rendirme, algo ocultaba aquel viejo, y lo intuía fuertemente, asíque regresé, una y otra vez, volviendo siempre con los bolsillos vacíos. Con el tiempo el cansancio empezó a llevarme la delantera por lo que mis visitas fueron cada vez menos frecuentes, hasta que llego el día en que la paciencia se me había oxidado, y empezaron los gritos, los insultos salieron chillando de mi garganta tan fuerte que me quede sin voz, pero el no respondió, y permaneció como de costumbre inmóvil, sin siquiera percatarse de mi presencia, cuando me aleje la humillación ardía en mi rostro, nunca me había sentido tan idiota en mi vida.

Así el tiempo se transformo en algunos inviernos y las mismas primaveras, Sabia que en algún momento tenia que fijarme si seguía allí, y si volví a el, fue empujado por el agobio de mis penas que se volvían cada día mas pesadas, me alegre de saber que no se había ido a ninguna parte, cuando lo vi me acerqué y lo abrasé, al rato explote en llantos sobre el, pero, como era su costumbre el continuaba firmemente imperturbable, a pesar de ello sentí que se alegraba de tenerme allí. En ese momento entendí algo.

Volví nuevamente a mis visitas frecuentes, pero esta vez, no esperando algo de el, sino aprendiendo.

Con el tiempo descubrí sus secretos mejor guardados, y los encontré con las llaves de la paciencia y la confianza.

Comprendí el sentido de su silencio, y dentro suyo, el valor sagrado de la palabra, y como su derroche y abusos desembocan en las mentiras que encierra, en las falsedades que dibuja y los pecados que acompaña.

Entonces develé el misterio del silencio, no hay nada en el mundo que no pueda ser expresado sin palabras, pero hay mucho que no podemos sentir sin ellas, porque su sobre consumo insensibilizo nuestros espíritus.

Comprendí su paciencia infranqueable y su desden por el paso del tiempo, entonces entendí que la vida y el tiempo son dos caminos que se cruzan, quien corre tras el reloj cazando cada segundo que se escapa, se olvida de la vida, y quien llena sus pasos de vida, no escucha el chasquido del látigo en el pasar de las agujas. Porque el tiempo es un tirano que no oye a nadie y arrastra al mundo, y quien disfruta la vida es el bárbaro del otro lado del imperio que no lo necesita ni le teme.

Comprendí su soledad, esa compañera que le cantaba en las melodías del silencio, despertando y haciendo danzar sus pensamientos. Ese incienso que lo sumía en el encuentro consigo mismo.

Finalmente comprendí su respeto por el destino, pues nunca se quejo de donde el viento había arrojado sus semillas, ni por la soledad que le rodeaba estando lejos de aquel monte, ni por las inclemencias del tiempo, ni por la falta de abrigo en aquella desamparada colina, todo lo tomo con aceptación y una callada alegría por serle fiel y confiar en su designio.

Entonces finalmente descubrí que aquel enorme y desgastado sauce no podía ser mas que un viejo sabio.

Árbol que crece sin cuestionamientos, agradeciendo y abriéndose al cielo en homenaje por dejarlo ser. Que guarda en su corteza el silencio del sabio y en su sabia la paciencia de un Dios. Que se mantiene firme en sus raíces sin dejarse mover y que se sumerge en la tierra por el néctar de la humildad. Que observa todo y calla sus prejuicios, y que en su eterno silencio dice mas que aquellos que viven para hablar.

Encontré al mas sabio en aquel árbol que envejece, enseñando en las palabras de su silencio.

F.V.

30 de julio de 2011

"Viaje al Olvido"



Caminas con paso frío y sombrío,
criatura de dios que vagas por las llanuras,
en busca de las puertas de un nuevo camino,
escapando a la maldición de aquellas ataduras.

Buscando en el viento,
la voz que te enseñe tu destino,
perdiendo el aliento,
por luchar contra tu designio.

Hundiendo tus pies en la arena,
caminando a orillas del río,
y las huellas que te condenan,
a un pasado sin olvido.

El sol que te abandona,
la luz que se esconde,
y la oscuridad que te acordona,
al amparo de un viejo monte.

El resplandor del gran astro,
que vuelve fiel a su promesa,
pero con el no vuelve el camino,
que huyo bajo la luz de las estrellas.

y comprendes que no hay mas rumbo,
terminaste perdido, en medio de la nada,
pero yace un secreto, enterrado profundo,
te has topado con el fin del sendero,
es allí donde acaba.

pobre de ti criatura,
que has viajado buscando al olvido,
pero el viaje fue testigo,
de las marcas que dejaron las ataduras.

no busques mas,
ha hablado el destino,
no puedes borrar las huellas,
que han marcado el camino.


F.V.









24 de julio de 2011

Quiero ser...

Quiero ser…

Algo que sea lo que aun no soy;
Sin dejar de ser quien soy;
Algo que siga siendo, luego de ser;
No quiero ser parte de un único ser;
Pero tampoco de la otra parte que es, sin ser;
Quiero ser eso que nadie es;
Pero que alguno una vez fue;
Ese no ser que resulta mas que todo ser.

Quiero ser porque no soy;
Aunque ese saber que no soy, buscando ser;
Me hace ser mas que aquellos que siendo, ya no serán;
No busco dejar de ser lo que soy;
Porque ese no ser, nunca me hará ser;
Ayer no era lo que hoy soy;
Mañana ya no sere, sino el recuerdo de lo que fui;
Hoy simplemente soy, buscando ser.

F.V.


22 de julio de 2011

"El Exito"

“Éxito”

Si has perseguido el éxito,
Y piensas que le diste encuentro,
Entonces te mostraré un secreto:
Agarra ese pesado ornamento,
Empieza por desatar su envoltorio,
Arráncale las ropas que ostenta,
Y quítale sus autos de lujo,
Sus mansiones, sus dominios,
Y los anillos de poder de sus manos,
Límpialo de los dorados metales que lo ocultan,
Y apágale los mil ojos que lo alumbran,
Bórrale la blancura de su sonrisa forzada,
Arroja su corona a las llamas,
Junto a su bastón de mando,
Y deja caer con el peso de su vacío,
Los acrónimos arrogantes que nublan su nombre,
Arráncale los estandartes sociales,
Y arrójalos a los lobos solitarios.


Entonces, cuando no le quede mas nada,
Escarba el suelo asfixiado debajo de el,
Toca en lo hondo la calidez de la tierra,
Aprieta con tus manos la maleable arcilla,
Ahora nútrela con esas lágrimas de frustración,
Que creíste exiliadas de tu pomposo desierto,
Y aferrate a esos dominios de la paciencia,
Rellénalos del devaluado abono de la humildad,
Y veras pronto germinar de aquel suelo,
Un verde resplandor de felicidad,
Y sobre los renovados aires de libertad,
Se abrirá danzando, para ti, la flor del éxito.

F.V.